El reto
El gran reto de Unilever era obtener ahorros fuertes en el proceso productivo a través de la mejora de la eficiencia operativa y la toma de decisiones mejores decisiones al tener información confiable de los procedimientos. Para ello, automatizó procesos en 3 de sus principales plantas de alimentos, los cuales fueron: Salados (caldos y condimentos), NVP (maicena) y Dressing (salsas y mayonesa). Entre esas tres plantas hay 16 líneas de producción, en las que querían aumentar la productividad y eliminar el error humano, el control de turnos y todo lo que sucedía dentro del proceso de producción, esto incluyendo: horas inactivos, tipos de paradas, tiempos de respuesta de mantenimiento, entre otras variables que conducen a la eficiencia global del proceso.